Hay música que es poesía y poesía que es música (aunque yo sólo gasto de la primera).
Ben Gibbard es uno de esos seres humanos que parlotea tanto como los demás pero al cabo de un rato, cuando te ha hipnotizado y te marea a su gusto y antojo a lo largo de la canción, te dice *eso*. Te suelta *la frase*, *esa* que has estado esperando y no llegaba y cuando suena es la más especial que te han dicho nunca. Y luego no puedes pensar más que qué gran verdad. O sí, sí, llévame contigo. O vale, me muero porque lo pides tú. O cualquier otra frase que, sin quererlo, surge de la mediocridad de una canción normal para elevarse ante tí y soltarte OH SÍ, SOY UN POEMA.
the distance is quite simply much too far for me to row
it seems farther than ever before
oh no.
I need you so much closer
and together there
in a shroud of frost, the mountain air
began to pass through every pane of weathered glass
and i held you closer than anyone would ever guess
Y así en todas. Tsk.
Ya, ya lo sé; necesito un abrazo.