Había pensado hablar sobre la religión como otros de los cánceres múltiples que sigue sufriendo la gente hoy en día.
Bla bla bla.
Paso mucho. Allá cada cual con sus cosas.
No quiero comer el tarro a nadie.
Hay momentos en que te hundes sin saber muy bien porqué. La idea está ahí, puedes intuir o adivinar los motivos, pero no cuán profundos son. Y cuando llega, llega. Como el Titanic. Se hunde y te agarras a las barandillas pero resulta que no eran tan resistentes como esperabas... ¿Y qué vas a hacer? No se oye tu grito porque infinitas mil personas más a tu alrededor tienen muchos más problemas que tú. Más importantes.
A veces creo que odio a muchos y quiero a pocos. Otras, que quiero a muchos y odio a pocos. Es como lo del vaso; medio vacio o medio lleno. No creo que una persona lo vea siempre de la misma manera; no es siempre lo mismo. Y, en este momento, quiero mucho a pocos y odio poco a muchos.
No quiero dar pena.
Sólo quiero decir que hay momentos en que te hundes y no tienes muy claro el por qué.
Y ya está.
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