Miro a la sociedad y me río porque quieren redimirse pero ya es demasiado tarde. Arañar al compañero mientras caes por un barranco es tan útil como agarrarte a una rama rota malgastando el último aliento. Caes igual te esfuerces en el sentido en que te esfuerces. Y duele igual porque fuíste tú quien quiso caminar por el cielo y adelantó el paso sobre la nada.
Fuíste tú, es tu culpa, y arañas a tu compañero mientras caéis por un barranco. No te excuses, al fin y al cabo, él intentó tocar una nube y te siguió.
Creímos que la única posiblidad de sobrevivir era concentrarse pero hubo alguien que no se duchaba y creó moda. Y nos dividió.
Hoy en día no hay vuelta trás porque estar limpio no está bien visto. La belleza reside en la destrucción y en las ideas roídas.
La putrefacción atrae más que la sencillez y quizás te quede más claro si te cuento que sólo eres un cacho de carne relleno de sangre.
Por mi parte he aceptado el pedazo de culpa que me corresponde y observo sin muchos motivos.
Quizá aún tengo la esperanza de que civilizaciones venideran prefieran limpiar sus botas con un trapo que con la cara de cualquier desgraciado.
Quizá.
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